Los viajes no son siempre como las perfectas fotos de Instagram, y nuestro viaje a Jordania es una muestra de ello. Hay detalles que no puedes controlar y tienes dos opciones: frustrarte o quedarte con lo positivo. De eso trata este post. De buscar lo positivo a cada instante y de aprender que no todo puede estar bajo nuestro control.
Teníamos planeados 8 días perfectos visitando Jordania de norte a sur. Íbamos a recorrer entera la increíble Petra, a descubrir la ciudad romana mejor conservada fuera de Europa, pero esto al final no fue posible. El viaje a Jordania podría describirse como desastroso, ya que no salió todo lo perfecto que teníamos en mente.
Empieza el viaje
Nuestro viaje no era directo a Jordania, sino con una escala en Viena. El vuelo fue perfecto, salió superpuntual de Barcelona y llegamos a Viena sin ningún problema. Parecía que todo era ideal, pero cuando fuimos a coger el vuelo Viena-Ammán, nos denegaron la entrada al avión. El motivo era la invalidez de nuestros pasaportes (fuimos con un pasaporte con una caducidad de menos de 6 meses). Aún me culpo por este detalle. Nos confiamos en que al tener billete de vuelta, no habría problemas como sucedió en nuestros viaje a la Ruta 66. A veces creemos que somos unos expertos viajeros, pero nos queda mucho por aprender.
En este punto también quiero tirar un poco de las orejas a Ryanair (y a todas las compañías en general): ¿Porqué al comprar los billetes, hacer el check-in y poner la caducidad de nuestro pasaporte, no salió ninguna alarma diciendo que no era válido? 😡 . No fuimos los únicos que nos quedamos en tierra por ese motivo. Hubo dos hombres más que no pudieron viajar a Jordania por la vigencia de su pasaporte.
Nuestras opciones
En ese momento en el que nos denegaron subir al avión teníamos 2 opciones: echarnos a llorar y volver a casa o buscar alternativas. Después de quedarnos en shock unos segundos decidimos buscar opciones.
La opción que utilizamos fue la de llamar a la Embajada Española en Viena. ¿Sabes el típico mensaje que te envía MAEC diciéndote que en caso de emergencia llames al número XXXXXXXX? ¿Y casi nadie hace caso? Pues llamamos a ese teléfono y hablamos como 10 veces con la cónsul española en Viena. En todo momento nos ayudó, aunque siendo sábado no se podía hacer nada hasta el lunes. Al final decidimos quedarnos en Viena hasta el martes porque salía el próximo vuelo a Ammán por 25€. Cancelamos algunos hoteles (gracias cancelación gratuita de Booking) y el coche, e hicimos nuevas reservas.
Aprovechamos esos días en Viena para hacer un free tour, comer riquísima comida austríaca, conocer la ciudad y sobre todo para obtener un pasaporte provisional para poder viajar a Jordania. No, no era lo planeado, pero intentamos verle la parte positiva y conocer Viena. Además, no habíamos estado nunca y no hay mal que por bien no venga.
Pasaportes provisionales
El lunes a primera hora fuimos a realizar los trámites pertinentes, hacernos fotos de carné y en resumen, todo el papeleo necesario. Pero no íbamos a recibir los pasaportes provisionales hasta el día siguiente, justo el día de vuelo.
El martes a primera hora fuimos a buscar nuestros pasaportes a la Embajada Española. Nos dirigimos al aeropuerto de Viena realmente nerviosos. En el aeropuerto pasamos los controles sin problemas y por fin subimos al avión. Con nuestros pasaportes provisionales llegamos a Jordania, bajamos del avión y fuimos hacia el control de pasaporte.
Hubo unos momentos muy tensos cuando en el control de pasaportes, se fueron pasando nuestros pasaportes de un controlador a otro. Parecía que nadie se quería responsabilizar de dejarnos entrar en el país. No os imagináis lo que llegamos a sudar en ese momento. Intentamos hacer que no se notara nuestro miedo. Siempre que nos miraban, intentábamos devolver esa mirada amenazadora con una sonrisa gentil (la sonrisa es la llave que abre el corazón de todo el mundo, consejo patrocinado por pasta de dientes Colgate 😆 )
Con un pasaporte provisional no teníamos la seguridad al 100% de que nos dejaran entrar al país. Antes de aventurarnos a ir a Jordania con el pasaporte de emergencia, llamamos al Consulado Jordano en España para preguntar al respecto. El hombre que nos atendió nos contestó que “en principio nos debían dejar entrar” pero no lo dijo muy convencido la verdad… . A lo mejor fuimos un poco inconscientes de irnos a Jordania con un pasaporte provisional, pero teníamos que intentarlo. No sé qué nos hubiera pasado si no nos dejan entrar en el país. ¿Nos hubieran deportado? Menos mal que no nos pasó y no lo sabremos nunca (aunque seguramente sea eso…).
Cuando compras los Jordan Pass (que incluye los visados necesarios para entrar), tienes que poner tu número de pasaporte. Así que seguramente el ver un número de pasaporte diferente al provisional, ayudó a esas caras raras…
¿Qué es un pasaporte provisional?
Para quien no lo sepa, un pasaporte provisional o de emergencia es un documento que se concede de forma excepcional, ya que no cumple con los estándares de seguridad de la mayoría de aeropuertos. No es biométrico como el pasaporte estándar y es fácil de falsificar. La cónsul española nos comentó que “si alguien quisiera entrar a España con un pasaporte provisional no le dejarían entrar”.
Directos a Petra
Teníamos claro que para nosotros lo más significativo de Jordania era visitar Petra. Fuimos directos hacia allí una vez recogimos el coche. Cruzamos casi todo el país en coche, de noche y sin saber que tal estarían las carreteras ni como conducía la gente jordana. El esfuerzo valía la pena si conseguíamos la recompensa de visitar Petra.
La previsión en Petra era de frío ártico, con posibilidad de lluvia todo el día e incluso nieve 🙁 . En ese momento nuestros ánimos decayeron bastante porque teníamos la sensación de que nada nos iba a salir bien en este viaje. Ya habíamos perdido 3 días de viaje y si llovía mucho, nos cerrarían Petra.
El tiempo durante un viaje es algo que no se puede controlar y al igual que nos sucedió en Viena, teníamos dos opciones: entristecernos o sobreponernos. Nos armamos con nuestros paraguas y nos abrigamos hasta los dientes.
Al final tuvimos la inmensa suerte de que el/la “hombre/mujer del tiempo” se equivocara. Aunque hacía bastante frío, el sol brillaba y nos sentimos supercontentos. A partir de las 14h la cosa cambió y empezó a soplar un viento infernal hasta convertirse en tormenta de arena. En ese momento decidimos irnos de Petra, comer tranquilamente en Wadi Musa y disfrutar de la magnífica gastronomía jordana.
Podríamos haber estado compadeciéndonos de nosotros mismos pero en vez de eso, me sentí realmente afortunada de haber podido disfrutar de la increíble Petra durante de más 7h. A medida que pasaban las horas, la tormenta de arena hizo que se fuera la luz en la ciudad de Wadi Musa varias veces y acabamos celebrando nuestro aniversario (13 años juntos ya) en un restaurante iluminado por velas. Más romántico imposible. Quien no se consuela es porque no quiere 🙂 .
El resto del viaje transcurrió normal y si quieres puedes leer la guía de viaje y el presupuesto completo.
Reflexiones
No, no fue un viaje perfecto. No, no vimos todo lo que teníamos planeado. Pero sinceramente, nos fuimos con muy buenas sensaciones después de todo lo vivido.
Esta pequeña aventura/desventura nos ha hecho reflexionar mucho y sobre todo aprender. A disfrutar de cada momento allí como si fuera un regalo. A darnos cuenta de que ante un problema somos capaces de sobreponernos y buscar alternativas. Qué juntos somos más fuertes y llegamos más lejos. Que cuando uno se cae, el otro está para levantarlo y viceversa. Y que debemos de prestar más atención a los detalles, como las vigencias de los pasaportes 😅. Pero sobre todo, hemos aprendido a buscar la parte positiva de todo. Gracias a eso pudimos cumplir nuestro sueño de visitar Petra.
Nada más por el momento así que… Nos vemos!