En Albuquerque vivimos uno de los momentos más estresantes. Nos íbamos a alojar en un hotel pero llegamos de noche y fuera del horario establecido (ni pensamos en ello). Ninguno de los hoteles/moteles que habíamos cogido tenían limitación de check-in y no pensamos en ello. Mal hecho.
Al llegar aparcamos, vimos 2 ambulancias y varios coches de policia en el lugar. Algo pasó en una de las habitaciones. La escena era de peli, todo a oscuras donde solo se veían las luces de la policia y el sonido de la ambulancia.
Con lo que habíamos visto ya no teníamos muchas ganas de alojarnos allí, pero fuimos a preguntar y solo encontramos a una persona de seguridad. Al vernos se extrañó y llamó al responsable, que le confirmó que ya no teníamos reserva.
Nos atacó el “y ahora qué”. Nos fuimos a cenar y de mientras llamamos a Booking para intentar solucionar el problema. Lo que añadió más tensión fue que al cancelarnos la reserva del hotel nos desapareció de la app de Booking y perdimos el número de reserva (por eso lo de subir las reservas a la nube). Nos ayudaron, nos dieron otro hotel un poco más caro (pagamos nosotros la diferencia), pero al final consiguieron que nos devolvieran el dinero del primer hotel.
Al final nos alojamos en Knights Inn Albuquerque. Un motel de carretera que cumplió su función. No lo recordaremos por espectacular, pero después de lo movidito de la historia supo a gloria 😄. Ah, y desayuno incluido 😋.
Nada más por el momento así que… nos vemos!